Hoy no ha habido ningún problema de acceso al blog, pero como una quiere estar en misa y repicando, pues me he quedado sin misa y sin repicar y a las 23 horas empiezo el blog.
El día ha empezado a las 8,30 de la mañana delante de la puerta del collège. Las caras estaban más sonrientes que tristes, con lo cual era una buena señal. En general, todo ha ido bien, el primer contacto y más difícil ya se ha hecho y nadie ha desfallecido. Unos estaban contentísimos porque se habían desenvuelto muy bien en francés y decían que eran unos fenómenos, pero otros decían que no entendían nada, que no sabían nada. Todo entra dentro de la normalidad. Unos han comido muy bien, a otros no les ha gustado mucho la cena que les habían preparado, pero también entra dentro de la normalidad. Los que habían venido un poco enfermos, ya no les duele nada, pero Victor A. ha estado vomitando por la noche y sin embargo ya está bien. Los nervios juegan malas pasadas y eso que él repite experiencia este año y hay que decir que se desenvuelve bastante bien.
Hoy hemos pasado el día, hasta las 5 de la tarde en un parque de tirolinas y se lo han pasado estupendamente. Han disfrutado de lo lindo y hay que decir que han volado, gritado, llorado, vuelto a gritar, pero la mayor parte de vuestros hijos han subido a una tirolina de 30 metros y se han tirado, Pero lanzarse en la tirolina no era lo difícil, lo realmente difícil era llegar a la tirolina porque había que hacer un recorrido bastante tortuoso y en algún momento los gritos eran ensordecedores. Pero si hubierais visto como han disfrutado, merecía la pena oirlos. He de reconocer que yo que soy una cagueta y que solo he subido a la primera tirolina, en más de una ocasión he gritado al verlos tan altos. Pero quedaos tranquilos, están todos sanos y salvos, la seguridad era total. Al principio nos han enseñado cómo debíamos hacer para no correr ningún peligro y siempre había un monitor con cada grupo. Muy bien, pero ya os contarán ellos, o ya os habrán contado. Yo solo he hecho fotos para que podáis verlos y que os puedan contar muchas cosas.
El último en bajar de la tirolina y que casi se queda en el parque ha sido Daniel A. No ha parado más que para comer de 12 a 1. El resto ha estado colgado de árbol en árbol.
Si cuando llegan a casa el domingo, notáis algo raro en vuestros hijos, que necesitan subir a las lámparas, que os llaman del instituto porque están en los árboles, no os preocupéis, es una reacción que ocurre después de visitar este parque de tirolinas y los efectos duran quince días.
Mañana será un día más aburrido porque por la mañana van a clase y por la tarde están en familia, aunque supongo que quedaran entre ellas porque hoy por la tarde ya han hecho todo lo posible por no volver a casa a las cinco.
Supongo que a estas horas todos estarán dormidos porque el día ha sido agotador.
Yo con vuestro permiso, os cuelgo unas fotos (aunque no puedo poner de todos porque son muchas) y me voy a dormir.
Buenas noches, Mañana más
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